El pleno del Parlamento Europeo ha dado su visto bueno a los acuerdos comercial y de inversiones negociados por la Unión Europea con Singapur, con los que se suprimirá la práctica totalidad de aranceles un plazo de cinco años y eliminará también otras barreras no arancelarias, además de crear un clima más propicio para las inversiones.
El acuerdo comercial incluye disposiciones para proteger productos considerados sensibles para la Unión Europea, incluidos vinos españoles, el aceite de oliva, el jamón, la naranja valenciana, el turrón de Jijona y Alicante y el azafrán de Castilla-La Mancha.
También permitirá liberalizar el intercambio de servicios, incluida la banca minorista y abre el mercado de la contratación pública en Singapur a las compañías europeas. El Tratado comercial ha sido ratificado con 425 votos a favor, 18 en contra y 41 abstenciones.
En lo que al pacto para proteger las inversiones se refiere, el texto ha sido aprobado con votos a favor, 203 en contra y 30 abstenciones. La principal novedad es la creación de un sistema judicial, con jueces independientes para dirimir disputas entre inversores y la Administración.
Los convenios negociados con Singapur será el modelo a seguir por el bloque comunitario en las negociaciones de futuros tratados comerciales con países del sudeste asiático y prevé garantías para el respeto de derechos laborales y de la protección del medio ambiente.
Se trata del primer acuerdo bilateral de comercio entre la UE y un miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y el bloque aspira a que sirva también de puerta de entrada a la región.
El eurodiputado español Antonio López-Istúriz (PP), que impulsó el texto sobre el acuerdo de asociación y cooperación, afirmó que "la UE envía un mensaje fuerte sobre su compromiso con la cooperación internacional y el multilateralismo" con el respaldo a estos textos.
Por contra, Ernest Urtasun (ICV) criticó que se trate de un acuerdo "en contra de una política comercial internacional sostenible y justa" y lamentó que priorice "los beneficios" (económicos) antes que la protección del medio ambiente y de los consumidores.
"La Unión Europea se sigue basando en viejos errores en relación a la protección de las inversiones y dando prioridad a los grandes inversores extranjeros, en perjuicio de las pequeñas y medianas empresas", dijo el eurodiputado de los Verdes.
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